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Decididamente voy a empezar a pensar que Julieta Venegas esconde un mensaje oculto en sus canciones, tal como dicen algunos mitos sobre las series animadas Los pitufos o el Mago de Oz, que por debajo de esas miradas alegres y de felicidad se escondían terribles mensajes.

Con la artista mexicana me pasa lo mismo.Su irritable y empalagosa voz, en teoría, me deberían alejar, y hacer saltar cada 30 o 40 segundos sus canciones. Sin embargo eso no sucede, entra por mis oídos como una melodía continua, como si nunca existiese el corte o el silencio entre tema y tema.

Desgraciadamente el disco tiene un gran cambio y sospecho que lo hace mas potable todavía que es la preponderancia de las guitarras durante el mismo. El cambio del acordeón por las guitarras hace que ese sonido tradicionalista que existía en los primeros discos de ella cambie por uno mucho más cercano al mundo pop en el que incursiona.

“Otra cosa” es el nombre de su sexto álbum, que como marcábamos antes, lo distinto o esa “otra cosa” es la preponderancia de la guitarra. El resto, es más o menos lo mismo, melodías similares, en su mayoría repite el concepto del Unplugged con ritmos de marcha y letras repletas de referencias al amor.

Su corte “bien o mal” es el más representativo del estilo Venegas, esas palabras estiradas al final, acordeón, guitarras, y el cierre con su aniñada voz completando la canción casi en el silencio de la banda de fondo.

Lo más interesante puede llegar a ser Despedida, que si somos un poco desconfiados podemos encontrar frases de amantes que no se pueden ver más, en vez de una pareja que fracasó.

En definitiva el disco parece seguir saliendo de la factoría Disney, sin embargo, pondré un manto de sospecha sobre sus palabras y tonos edulcorados ya que cualquier persona “normal” sobre la faz de la tierra no puede mantener un personaje así por mucho tiempo.

Ojala que el próximo disco sea mucho más interesante y sorprendente. Ya que este sigue en la misma estética y con los mismos golpes bajos.

Ojalá que en la próxima critica encontremos una Julieta Venegas más humana y no tan animada.