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La inteligencia es un don divino, mucho más si a ella le sumamos talento.

Miguel Bose, es uno de esos artistas, que además de brillar por su talento, sabe cuando dar un golpe de efecto para los medios.

En el medio los rumores generalmente salen de gente allegada a los artistas, por ende, muchas veces se tejen este tipo de historias para llamar la atención y obtener créditos de prensa.

De tal modo que no era de extrañar entender un retiro prematuro de la música al artista Hispano-Panameño.

Pero que bien que le salió la jugada!

Luego del exitosísimo Papito, volvió con un disco que va acorde a su rumor de retiro, sonidos más experimentales, que va mas allá de lo que prometía el disco lanzado en 2007, buscando darse un gusto, tal vez con más oscuridad y muchísima irreverencia. A tal modo que su primer corte Estuve a punto de… deja demasiadas puertas abiertas a la interpretación del que escucha.

El disco continua con Jurame, con un sonido urbano, del hip hop old shchool, con Bose cantando sobre la pista casi de forma coral en los estribillos y el salto es mas abrupto cuando pasamos al track 3 con Dame argumentos, en el que los riff de las guitarras se suman al enojo de su voz.

Asi sucesivamente va pasando tema por tema eclécticamente, desde canciones tirando a baladas, hasta medios tiempos cercanos al reggae, y los beats technopop – muy cercanos a Miranda - del tema que le pone nombre al disco “Cardio”.

En definitiva el panorama para Cardio tiene muchas aristas para ser analizado, cada canción es un mundo, cada mundo tiene su lógica. Sin embargo en Bose es entendible.

Es definitivamente la mixtura justa entre inteligencia y talento.