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Decididamente Belinda es más agradable en Utopía, un disco totalmente Stiky Pop, en el que quedaba acorde a ese estilo que rebotaba de la rebeldía a lo naif.

Paradójicamente, en busca de una evolución sonora y personal, la jovencita Española erro en el concepto en Carpe Diem. En este disco pone la voz en un lugar que no es ni niña inocente, ni mujer enojada, de hecho parece una mala locutora de radio en algunos pasajes.

El corte difusión con Pitbull, -Egoista- no contiene un contraste, parece que ella quiere llegar a los alaridos del reggaetonero de la Pequeña Habana y como es de esperar queda en el camino.

La primer mitad del álbum (Amor Transgenico, Egoista, Dopamina, Culpable y Lolita) va por ese camino, un derrotero de música dance de fondo y ella haciendo su mejor esfuerzo… En vano.

La segunda parte del álbum mejora notablemente, con temas más parecidos al estilo Belinda y con un sonido y una voz mucho más firme y consistente. Sal de mi piel fue el corte promocional del disco y en la comparación con el tema que comparte con Pitbull es curiosamente mucho más agradable el sonido de Sal de mi piel que Egoísta.

En definitiva la segunda parte del disco la rescatamos íntegramente, de la primer parte vamos a darle crédito a Pitbull con su colaboración en Egoísta y también a Lolita que resulto bastante divertido escucharlo.

Para la frase que se le otorga al título “Carpe diem”, hay muchísimas interpretaciones desde la literatura, aunque aplicándolas al disco se puede entender que Belinda quiso darse un gusto en vida de experimentar con cierta irresponsabilidad.